Los planificadores tienen la responsabilidad de prepararse y mitigar los desafíos de las conmociones agudas y las tensiones crónicas. La incorporación de estrategias de resiliencia en los diseños ayuda a las comunidades a lidiar con impactos agudos que requieren gestión de emergencias, como pandemias y desastres naturales, y tensiones crónicas, como la falta de vivienda, la falta de oportunidades económicas, el envejecimiento de la infraestructura o los sistemas de tránsito deficientes. La convergencia de muchos de estos factores puede afectar el potencial de una comunidad para prosperar, crecer y brindar un lugar seguro y saludable para que todos los residentes prosperen. Dado que la ubicación es un factor en todos los aspectos de la planificación de la resiliencia, el SIG es un sistema de misión crítica en el desarrollo de estas estrategias. Los SIG proporcionan herramientas que el personal del gobierno local puede usar para crear y analizar diseños, colaborar con las partes interesadas y justificar políticas que crean resiliencia comunitaria tanto a corto como a largo plazo.