Aunque la discriminación basada en la raza, conocida como línea roja, fue formalmente prohibida en 1968, los efectos de estas políticas poco éticas todavía se ven hoy en las comunidades BIPOC. La inteligencia de ubicación permite a los proveedores de servicios financieros identificar los vecindarios afectados, lo que garantiza un acceso equitativo a las instituciones económicas independientemente de la demografía.